miércoles, 2 de mayo de 2012

Roy.

En Blade Runner, los replicantes que viven en “las colonias del mundo exterior”, hacen un viaje suicida a la Tierra para saber si pueden alterar su código genético y de esta forma “vivir más”[1]. Para ello Roy Batty se encuentra con su creador al que acabará asesinando. Tras su muerte y entender Roy que va a morir, entiende su propia existencia y, aunque el hecho de que no acabe con Decker puede interpretarse como que el Blade Runner es un replicante; pero también puede pensarse que necesita un testigo ocular de su fenecimiento.


 Desgraciadamente para Roy, a diferencia de Prometeo[2], no logra engañar a la muerte, así que únicamente le queda la aceptación, y, haciendo un canto coral de lo que significa haber vivido, nos hace ver que ello significa haber visto, haber convertido en imagen todo aquello que se ha vivido y poderlo transmitir aunque como pálido reflejo, para que todas esas cosas no se pierdan “como lágrimas bajo la lluvia”. Al querer Roy que el Blade Runner se quede contemplando su muerte, es por que confía en que con su presencia él mismo quede convertido en imagen en la retina de Decker. A pesar de que le está contando a Decker todo lo que ha visto entiende que esas cosas vistas morirán con él. Para Roy resulta evidente que lo visto por él no se puede convertir en algo que se transmite, si no que es personal e intransferible. Cuestiona de esa forma el valor de la tradición, lo antiguo, la herencia, lo que la cultura transmite. Solamente viviéndola[3] se puede entender cualquier acción. A los que son mortales les queda el recuerdo que no pueden transmitir por que sólo ellos lo han visto. De ese modo, de forma parecida a Orfeo[4] con su lira, el replicante Roy Batty trata con su canto de cisne cautivar a los moradores del Hades, quizás con la esperanza de que se le perdone la vida. Pero su canto no es oído.
Convencido y asumiendo ya su muerte, Roy procede con máxima dignidad (en contraposición con Decker) a aceptar su final.


[1] El entrecomillado se debe a que citamos directamente la voz del film.
[2] Graves, Robert. Los mitos griegos 1. Alianza Editorial nº 1110, Ed. Alianza. Madrid 1995 (1ª Ed. 1985), ver pp. 293-303.
[3] Llegados aquí ver y vivir se identifican.
[4] Graves, Robert. Op. Cit. ver pp. 135-140.

Imágenes del rodaje.